Tal como Palmenia, hoy día me vapulearon publicamente. Así, sin anestesia me convertì en lo que siempre pensé que era pero nunca me había atrevido a ser. Una yeta. Según el diario Pop (cabecera de esta humilde servidora pública) y el infaltable profe Campusano, esta palabra dicese de:
YETA: A cruzar los dedos, porque en Chile "la yeta" es casi
una maldición que condena a personas injustamente acusadas de traer mala suerte o imprimirles el carácter de maldito a las cosas. La gente "yeta", dicen, acarrea vibraciones negativas. En Argentina a esto mismo le llaman "mufa".
una maldición que condena a personas injustamente acusadas de traer mala suerte o imprimirles el carácter de maldito a las cosas. La gente "yeta", dicen, acarrea vibraciones negativas. En Argentina a esto mismo le llaman "mufa".
Así no más entonces estaba condenada y no sin motivos. En estos días he tenido mala cueva, de esa que no se sale ni con jabón Popeye.
Crónica de la mala suerte:
- Todo empezó con una tontera, ya muchas veces solucionada. Cagó el computador. Con el correr de los días me enteré que la pieza que habí a cagao` estaba descontinuada del año pasado y que literalmente ya no existía.
Buscada por todos lados y nunca encontrada la maldita placa, solo me apareció en un remate de internet, de esos en que el precio sube como la leche y cada día te vas dando cuenta de que el producto no era tan nuevo como creías. En fin, el remate concluía hoy a las 11: 32 a.m. Así que me levanté campante a pelear mi adquisición... cuando llegué (luego de mucho rato y una conexión que no canectaba) a la pagina de compra y puse COMPRAR, ya era demasiado tarde. Un gran mensaje rojo me decía que el producto ya había sido adquerido y no precisamente por mí.
- También se me reventó un platano que iba a ser mi almuerzo, once y comida. Así que ando edionda a fruta podridá.
- Se me perdió el celular y ya estaba tan resignada a mi mala suerte que en verdad, fue lo que menos me importó.
- Hoy es el día del cine y nadie quiere ir conmigo, porque de seguro que ya se corrió el rumor de mi maldición.
Son las 7 de la tarde con 9 minutos y todavía hay tiempo, para que me caíga un rayo, choque mi micro y se me caiga un diente; como si uno creyera en el ratoncito de los dientes o era conejito... bueno, eso es lo que necesito una gran pata de conejo y si alguien se apiada que me traigan el conejo entero, porque ya me desmayo de hambre.
En conclución pobre Palmenia y pobres todas las yetas que andan pululando por la ciudad. Pobres por todas esas culpables de cuanto homicidio, incendio, suicidio y malversación de fondos existente.
- Todo empezó con una tontera, ya muchas veces solucionada. Cagó el computador. Con el correr de los días me enteré que la pieza que habí a cagao` estaba descontinuada del año pasado y que literalmente ya no existía.
Buscada por todos lados y nunca encontrada la maldita placa, solo me apareció en un remate de internet, de esos en que el precio sube como la leche y cada día te vas dando cuenta de que el producto no era tan nuevo como creías. En fin, el remate concluía hoy a las 11: 32 a.m. Así que me levanté campante a pelear mi adquisición... cuando llegué (luego de mucho rato y una conexión que no canectaba) a la pagina de compra y puse COMPRAR, ya era demasiado tarde. Un gran mensaje rojo me decía que el producto ya había sido adquerido y no precisamente por mí.
- También se me reventó un platano que iba a ser mi almuerzo, once y comida. Así que ando edionda a fruta podridá.
- Se me perdió el celular y ya estaba tan resignada a mi mala suerte que en verdad, fue lo que menos me importó.
- Hoy es el día del cine y nadie quiere ir conmigo, porque de seguro que ya se corrió el rumor de mi maldición.
Son las 7 de la tarde con 9 minutos y todavía hay tiempo, para que me caíga un rayo, choque mi micro y se me caiga un diente; como si uno creyera en el ratoncito de los dientes o era conejito... bueno, eso es lo que necesito una gran pata de conejo y si alguien se apiada que me traigan el conejo entero, porque ya me desmayo de hambre.
En conclución pobre Palmenia y pobres todas las yetas que andan pululando por la ciudad. Pobres por todas esas culpables de cuanto homicidio, incendio, suicidio y malversación de fondos existente.