viernes, 31 de marzo de 2006

Cuentas pendientes

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Hoy golpearon a mi puerta dos niños y tú. Uno venía disfrazado de brujo y el otro de caballero. Uno me decia que mi suerte era su suerte y el otro que la buscáramos juntos entre los espantos de lo lejano. El primero depositó sus labios en mi tumba sagrada y el segundo mi cuerpo junto al suyo en las aguas de un rio manso.
Hoy golpearon a mi puerta dos niños y tú, y me quede crucificada por mis sospechas de antaño, por mis recelos rotos... por mis cuentas pendientes. Hoy tuve miedo de encerrarme en las rejas de mi memoria y creer que los mil años no solo traían la suerte; tuve miedo de encerrarme en donde me escupían y caer de nuevo al laberinto de esa locura hermosa.
Hoy me recordé como antes, te recorde en desconcierto, sentí el peso de las horas y los años; sentí el tormento de los dos niños y tú.

... En los días de muerte que le sucedieron a mi hambre, trate de cambiar la mente por el largo tiempo en letargo y presentí a lo lejos la eternidad de mis claros perfectos. Me escondí en mis cuartas y noté tu cara. Quise huir de nuevo de mi carne en llamas y vi en mis manos lo tarde que era para decir para siempre.
Una lengua viperina quiso quitarme el pez escogido, quiso quitarme la falsedad de mis años de gloria...