sábado, 24 de septiembre de 2005

Perdedor protagonista
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Constantemente me siento en una película eterna, de hecho, cada vez que hago algo vergonzoso, trato de que la cámara no enfoque en primer plano la debacle de mi honor. Será paranoia, delirio de grandeza, que se yo. Después de tanta mierda que he hecho últimamente, creo que podría ser la protagonista de una película de esas que a uno le hacen pensar, que no es tan rara como te dicen a diario; de esas que en definitiva te hacen sentir mejor aunque seas el perdedor... pero protagónico, esa es la cuestión.
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Me miro desde afuera con el pollo en la mano, frente al computador, tratando de que el puré no se caiga en el cable de los audífonos... si definitivamente patética, pero hay que tener "perso" para salir en frente de la cámara en este estado de coma (claro de nuevo se me olvidaba que no estoy en una película).
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A todos nos ha pasado que vamos por la calle escuchando por el alto parlante imaginario esa canción justa, que quizás nos podría dar un empujoncito en lo que deberíamos hacer si fuéramos personajes interesantes, pero nunca está... aunque Lavín trato de otorgarnos el regalo con la música que había en el Paseo Ahumada, pero como siempre no le resultó (creo que el también tiene el mismo problema que yo... siempre hay coincidencias entre los seres más alejados).
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Pero bueno volviendo al tema, el asunto es que para solucionar eso de la música me compré un pen drive, que el primer día resultó excelente, hasta que embebida en mis alucinaciones cinematográficas, me saqué la cresta en la micro porque no escuché el motor con la música tan fuerte... gajes del oficio.
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A veces siento que esta esquizofrenia paranoide es producto de mis mil inconclusiones; ese afán de actriz frustrada que hace que me guste que la gente me mire con cara de loca y se ponga incomoda; o la fase de cantante, en la que me suelo imaginar en la calle haciendo un video musical, con baile y todo (claro como si todos se pusieran a bailar conmigo como en ese video de Bjork); o el lado de periodista, el más chanta, hay que agregar, que me dice: si no hay noticia créala (invéntala), pensamientos pervertidos estos que me embargan.
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En fin, el otro día me puse a hacer pollitos con la boca en la micro, me gustó, pero me picaba un poco el paladar y la nariz, así que viéndome de afuera parecía que tuviera tics múltiples y me di vergüenza. Lo que pasó, es que había ido a cine a ver Play y me quedé con esa sensación de que el mundo era mi espectador... fue entretenido ver como la gente mientras más ridículo seas más te ignora, como reprobándote con la ley del hielo... es la versión envejecida del juego que a uno le hacían en el colegio (que crueldad). Bueno, ese día de los pollitos, venía escribiendo una prosa extraña y sin sentido, pero que a mi compañero de puesto asustó:
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"Todavía quedan asientos, pase y tome un sándwich (jamón palta), va a saber como antes; como antes de que las empanadas perdieran el gusto a huevo duro, como antes de que la carne fuera mejor cruda. Eso si, aquí no hay recepcionistas... pero el corazón es grande aunque la casa chica y el baño tiene la cadena mala.
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Todo se entrecruza, tu micro con la mía... incluso podría bajarme he ir a verte, pero aunque estés ya no me abres ¿que raro?... un día me dijiste que nunca te irías, pero no importa, ya me di cuenta que la gente defrauda y no está cuando uno quiere ir a almorzar... por eso inverno como un oso en el verano... guardo todo septiembre comida en la guatita y así me dura hasta marzo... es que después del 18 la gente desaparece y me da miedo que la comida desaparezca también..."
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... por qué habrá sido.